Las acciones de NVIDIA han caído más del 28% desde enero de 2025 debido al enfriamiento del mercado de IA, competencia en chips y presiones macroeconómicas, a pesar de sus sólidos resultados financieros.
CÓMO INVERTIR EN ACCIONES DE COMPUTACIÓN CUÁNTICA EN ESPAÑA
¿Cómo montarte en la próxima gran ola si no “hablas cuántico”—ni te apetece? La computación cuántica está saliendo del laboratorio y entrando en pilotos reales en descubrimiento de fármacos, finanzas, logística y ciberseguridad. Para los inversores, el perfil es asimétrico: con poco capital puedes comprar gran opcionalidad si los sistemas tolerantes a fallos llegan a tiempo. El riesgo es igual de claro: ciclos largos de I+D, cuellos de botella técnicos y beneficios que van por detrás del relato. Este artículo cubre todo el abanico de inversiones ligadas al cuántico.
Qué implica invertir en cuántica
Empecemos por lo esencial: qué hace un chip cuántico, por qué marca la próxima frontera de cómputo y cómo se combina con la IA en vez de competir con ella.
Los ordenadores clásicos trabajan con el famoso sistema binario—bits estrictamente 0 o 1. Es perfecto para hojas de cálculo y servidores web, pero se vuelve torpe cuando el espacio de posibilidades se dispara. Las máquinas cuánticas usan qubits que, gracias a superposición, entrelazamiento e interferencia, pueden explorar muchos estados a la vez.
El objetivo no es sustituir la TI clásica, sino desbloquear saltos de rendimiento en tareas muy concretas—simulaciones complejas y optimización combinatoria—donde incluso los superordenadores actuales chocan con límites de tiempo y coste.
IA × cuántica: aliadas, no rivales
Piensa en la IA (GPU + modelos grandes) como el motor de percepción, generación y reconocimiento de patrones; la cuántica es el “multiplicador de fuerza” que ataca los subproblemas más duros que esas canalizaciones de IA destapan.
IA → Cuántica: la IA ayuda a diseñar mejores circuitos cuánticos, afinar políticas de mitigación de errores y estabilizar sistemas de control—acortando ciclos de iteración.
Cuántica → IA: las rutinas cuánticas pueden acelerar muestreo y optimización en entrenamiento e inferencia, explorar enormes espacios de hipótesis para mejores arquitecturas y simular moléculas/materiales que alimentan flujos de descubrimiento guiados por IA.
Dónde tiende a acumularse el valor
Hardware: las modalidades de qubit (iones atrapados, superconductores, fotónica, átomos neutros, espines) intercambian fidelidad, escalabilidad, fabricabilidad y huella.
Middleware: compiladores, mitigación de errores y orquestación que conectan QPU con CPU/GPU—el “pegamento” de los flujos híbridos, donde nacen estándares y lealtad de desarrolladores.
Aplicaciones: herramientas verticales servidas desde la nube (farma, finanzas, logística). Las plataformas que hacen trivial el flujo IA+cuántica crean costes de cambio y poder de fijación de precios.
Ruta de ingresos: hoy → siguiente → después
Hoy: acceso en la nube a procesadores pequeños, servicios profesionales, formación y pilotos conjuntos—a menudo junto a proyectos de IA. Siguiente: ventajas de nicho pero monetizables mediante aceleradores sectoriales y técnicas de mitigación de errores. Después: mercados amplios de software si emergen máquinas tolerantes a fallos con qubits lógicos y baja el coste de la corrección de errores.
¿Es una oportunidad de inversión?
Si la cuántica es el multiplicador de la IA, la pregunta no es “¿cuándo a la luna?”, sino: ¿cuál es el potencial real y a qué distancia está cada empresa del objetivo? Como mucho sigue siendo experimental, sustituye profecías por escenarios y señales.
Base: progreso técnico constante, pilotos selectivos apoyados en IA, ingresos modestos por acceso en la nube.
Alza: ventaja cuántica focalizada (química/optimización) → suscripciones empresariales y lock-in de flujos; el ARR se compone.
Baja: estancamiento de coherencia/fidelidad + financiación más escasa → cronogramas que se dilatan, múltiplos que se comprimen y mayor dilución.
Convierte “¿cómo de avanzados están?” en señales medibles
Hardware: tiempo de coherencia, fidelidad de puertas de dos qubits, tasas de error, supresión de crosstalk, estabilidad criogénica/fotónica y rendimiento por oblea.
Software: adopción de SDK, tracción de código abierto, integraciones con hyperscalers y presencia en toolchains empresariales.
Comercial: calidad del backlog, conversión de pilotos pagados a contratos plurianuales, I+D cofinanciada por socios que des-riesga la hoja de ruta.
Financiero: pista de caja frente a hitos, disciplina de opex y políticas de dilución acordes a ciclos de construcción largos.
Entiende el tablero competitivo
Iones atrapados, superconductores, fotónica, átomos neutros, espines—cada vía negocia fidelidad, escalado, fabricación y huella. No hay ganador único. Prioriza compañías con (a) ruta creíble hacia corrección de errores a gran escala, o (b) modelo que genere caja antes de la plena tolerancia a fallos—vía simulación, flujos híbridos o servicios “quantum-ready”.
El hilo conductor IA+cuántica es simple: trata la cuántica como un acelerador especializado dentro de pipelines centrados en IA. Invierte donde esa pila híbrida sea cada vez más fácil de comprar, desplegar y ampliar.
Líderes cuánticos—y sus obstáculos
Puedes exponerte al tema de forma directa (comprando acciones focalizadas en cuántica) o indirecta (grandes plataformas que financian programas cuánticos). La primera ofrece más palanca pero más volatilidad; la segunda es más robusta, aunque la contribución cuántica al beneficio será pequeña por un tiempo. Aquí van seis nombres muy seguidos y los puntos, en lenguaje claro, a vigilar. Tómalos como checklist, no como recomendación.
Las “puras” de cuántica
IonQ (NYSE: IONQ): fuerte en el laboratorio, difícil de escalar
Qué hacen: sistemas de iones atrapados; acceso vía AWS/Azure/GCP; PoC y pilotos con clientes.
Por qué gusta: alta precisión y coherencias largas; acceso cloud sencillo; ecosistema de partners creciente.
Qué puede fallar: traducir récords de laboratorio a muchas máquinas fiables y asequibles es difícil; los ingresos aún pesan en proyectos pequeños/estilo investigación; puede hacer falta capital antes de que crezca la recurrencia.
A vigilar: retrasos de roadmap, margen “acceso” vs “servicios”, dependencia de ampliaciones de capital para financiar capex.
Rigetti Computing (NASDAQ: RGTI): integración vertical, pista financiera tensa
Qué hacen: procesadores superconductores; control casi extremo a extremo—de la fábrica a la nube.
Fortaleza: cuando el yield y el aprendizaje de proceso se componen, bajan los costes; vínculos sólidos con sector público/academia.
Debilidad: cambios de liderazgo/plan; hay que elevar fidelidad de puertas de dos qubits, reducir crosstalk y demostrar ventaja en cargas de clientes—no solo en circuitos de prueba—manteniendo caja suficiente.
A vigilar: rendimiento/oblea, cadencia de mejoras de fidelidad, conversión de pilotos a ingresos por uso.
D-Wave Quantum (NYSE: QBTS): útil hoy, no universal
Qué hacen: foco en annealing, potente para ciertas optimizaciones (planificación/ruteo). Acceso cloud disponible.
Ventaja: clientes reales lo usan ya—el valor aparece antes en casos de uso estrechos.
Riesgo: el annealing no es generalista; la trayectoria de largo plazo apunta a máquinas gate-based tolerantes a fallos. D-Wave también trabaja en modelo de compuertas, pero la carrera es dura; hay que probar ventaja frente a optimizadores clásicos/IA de forma continua.
A vigilar: gasto recurrente de clientes, pruebas contra líneas base clásicas, progreso en gate-model, márgenes “acceso cloud” vs “servicios”.
Blue chips con programas cuánticos
Alphabet (NASDAQ: GOOGL): investigación de élite, monetización difusa
Qué hacen: Quantum AI publica resultados punteros y puede ofrecer acceso vía Google Cloud cuando maduren.
Ventajas: talento élite, distribución hyperscale, balance sólido; gran opcionalidad ante una ventaja.
Retos: contribución pequeña al beneficio durante años; baja visibilidad para inversores; posible escrutinio regulatorio por bundling cloud.
A vigilar: paso de “papers → servicios gestionados”, referencias empresariales con nombre, hojas de ruta expresadas en KPIs de compradores y no solo en hitos de física.
IBM (NYSE: IBM): hoja de ruta clara, resultados por demostrar
Roadmaps transparentes, aumento de qubits, Qiskit de código abierto y red de partners; acceso a CIOs y motor de servicios para pasar de piloto a producción—si la tecnología cumple.
Riesgo: el cuántico pesa poco en ingresos; un modelo muy de servicios puede ocultar si la ventaja procede de hard/soft o de consultoría.
A vigilar: uso de sistemas cuánticos en la nube, validaciones independientes, poder de precio en niveles premium.
NVIDIA (NASDAQ: NVDA): caja de herramientas imprescindible, exposición indirecta
GPU y frameworks para simulación cuántica y flujos híbridos IA+cuántica—ingresos ya hoy mientras madura el hardware cuántico.
Límite: la cuántica es pequeña frente a IA/centros de datos; si los futuros stacks requieren menos simulación pesada en GPU, el viento de cola se atenúa.
A vigilar: adopción de SDK híbridos, presencia en arquitecturas de referencia, márgenes del software adyacente al cuántico.
ETF y “cestas” temáticas
Defiance Quantum ETF (QTUM) — cotizado en EE. UU.; sigue compañías ligadas a cuántica y ML; buena liquidez; mandato amplio (no pure play).
WisdomTree Quantum Computing Fund (WQTM) — EE. UU.; estrategia cuántica co-desarrollada con Classiq.
WisdomTree Quantum Computing UCITS ETF (WQTM) — versión UCITS para RU/UE; replica el índice WisdomTree Classiq Quantum Computing.
VanEck Quantum Computing UCITS ETF (QNTG) — UCITS; apunta a desarrolladores de tecnología cuántica o carteras de patentes fuertes; listados en Europa/RU.
Global X AI Semiconductor & Quantum (CHPX) y HANetf ITEK — “adyacentes al cuántico”: perímetro más amplio, no exposición pura.
Consejo: revisa metodología, principales posiciones (qué parte es “cuántica real” vs IA/semis), divisa de cotización y TER antes de decidir; una cesta a medida vía tu bróker da más control de pesos/costes a cambio de más mantenimiento.
Comprar y gestionar acciones cuánticas
Empieza con proceso, no con instinto
Abre una cuenta de bróker con acceso a bolsas de EE. UU./Europa. Busca tickers, lee fact sheets y crea una lista de vigilancia. Ingresa fondos, ejecuta una primera pequeña tanda con orden limitada y programa recordatorios para revisar resultados y noticias—no solo el precio.
Checklist en 4 pasos
Paso 1: preselecciona acciones/ETF; comprueba comisiones y divisa de cotización.
Paso 2: utiliza órdenes limitadas por tandas; evita órdenes a mercado con alta volatilidad.
Paso 3: sigue resultados, avances técnicos y casos de clientes; añade solo con pruebas.
Paso 4: rebalancea trimestralmente; recorta posiciones sobredimensionadas.
Tamaño, ‘timing’ y disciplina
Meta: conservar la opcionalidad al alza acotando la baja. Empieza pequeño y suma gradualmente. Mantén posiciones core en plataformas resistentes, satélites menores en pure plays y un colchón de liquidez para vaivenes. Compra en debilidad, no persigas picos. Evalúa cada trimestre frente a hitos claros—y sal si la tesis se rompe, incluso con pérdida.
Modelo práctico de tres “cubos”
Cubo A—plataformas: Alphabet, IBM, NVIDIA. Tenencia multianual; solo añade si las señales cuánticas se refuerzan y el foso/márgenes del core se mantienen.
Cubo B—pure plays: IonQ, Rigetti, D-Wave. Peso pequeño, compras escalonadas y monitorización estrecha de KPIs técnicos/comerciales.
Cubo C—“picos y palas”: frameworks de software, criogenia, electrónica de control, seguridad poscuántica—segmentos que pueden monetizar incluso antes de la tolerancia total a fallos.
Controles de riesgo que sí ayudan
Limita cada pure play a una fracción pequeña del capital. Cuidado con los stop-loss rígidos—las acciones cuánticas “abren con gap” ante noticias; mejor salidas/entradas guiadas por tesis. Para neutralizar riesgo de factores, valora pares. Las opciones aportan convexidad, pero cuestan en fases laterales prolongadas.
Escribe la tesis y el “kill switch”: qué debe ser cierto y qué la invalida.
Codifica hitos: objetivos de fidelidad, benchmarks publicados, referencias empresariales y umbrales de caja.
Optimiza costes/FX: minimiza cambio y comisiones; prioriza brókeres transparentes.
Documenta decisiones: anota la tesis de entrada; los sesgos de memoria se disparan en temas volátiles.
Qué seguir cada trimestre
Crea un panel que compare “prometido vs entregado” y triangula con fuentes independientes, no solo blogs corporativos. Cuando una firma cumple los hitos que importan a clientes, valora aumentar; si falla repetidamente, rota a nombres de mayor convicción—o guarda liquidez.
Cadencia de hardware: del prototipo a operación estable; ruta creíble a qubits lógicos con corrección de errores.
Señales de ecosistema: ISV que incrustan llamadas cuánticas, listings en marketplaces de hyperscalers, canal de formación de integradores.
Señales económicas: expansión de margen bruto en productos de acceso, caída del coste por “qubit-hora”, poder de precio en niveles premium.
Gobernanza: participación de insiders, compensación ligada a KPIs técnicos/comerciales y uso prudente de emisiones at-the-market.
Idea final: gana mientras aprendes
La ventaja más duradera en tecnologías de frontera es un proceso repetible para actualizar convicciones. Trata cada trimestre como una actualización bayesiana: si los datos refuerzan la tesis, escala despacio; si la debilitan, reduce riesgo sin drama. Lleva un breve “registro de errores” (plazos, conversiones, limitaciones técnicas) e inyecta esas lecciones en tu próxima decisión. En cuántica, la paciencia capitaliza y el hype se disipa. Conserva liquidez, mantén opcionalidad y deja que la evidencia marque el ritmo.
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