¿QUÉ HA PASADO CON LAS ACCIONES DE ATOS?
Atos SE (ticker: ATO.PA), uno de los gigantes franceses de servicios digitales y transformación tecnológica, ha vivido una de las mayores turbulencias bursátiles de los últimos años. Entre 2021 y 2024, el valor del grupo cayó más de un 98,5 %, arrastrado por una deuda de 4.800 millones de euros, adquisiciones fallidas y errores estratégicos. En 2024, la acción tocó mínimos históricos de 0,0035 €, despertando temores de quiebra. Ante el riesgo sistémico, el Gobierno francés intervino para proteger sus actividades estratégicas y facilitar una reestructuración profunda. En abril de 2025, Atos llevó a cabo un “contrasplit” de 1 acción nueva por cada 10.000 antiguas, lo que ordenó su capital y estabilizó temporalmente el precio. Desde entonces, las acciones han repuntado un 100 % en lo que va de año, aunque la volatilidad sigue siendo elevada. Atos representa hoy un caso de advertencia y esperanza: un valor castigado, pero con margen de recuperación si el plan de transformación tiene éxito.
Del desplome a la crisis
Una caída sin precedentes
Atos SE, que durante años fue un referente europeo en servicios informáticos, se desplomó bajo el peso de una deuda excesiva y una estrategia mal enfocada. En 2023, su deuda neta superaba los 4.800 millones de euros, mientras su transición hacia los sectores de crecimiento —como la nube y la ciberseguridad— se quedaba atrás frente a competidores como Capgemini o Accenture. Los cambios continuos en la dirección, las pérdidas recurrentes y la desconfianza contable agravaron la situación.
Entre 2021 y 2024, el valor de la acción se hundió más de un 98,5 %. En 2024, el precio tocó fondo en 0,0035 €, alimentando rumores de quiebra y una posible dilución total para los accionistas. Atos pasó de ser un emblema tecnológico francés a un ejemplo de gestión fallida.
Rescates frustrados e intervención del Estado
La compañía intentó vender activos clave, como su división de Big Data y Ciberseguridad, con Airbus como posible comprador por entre 1.500 y 1.800 millones de euros. Pero el acuerdo fracasó, lo que agravó su crisis de liquidez. Ante ello, el Estado francés intervino para salvaguardar áreas estratégicas, especialmente la división de supercomputación, esencial para la defensa nacional y la investigación científica. En noviembre de 2024, el Gobierno adquirió una parte de esta unidad por unos 500 millones de euros, con opción de compra total hasta mayo de 2025.
Deuda neta de 4.800 millones € en 2023
Pérdida del 98,5 % del valor en tres años
Fracaso del acuerdo con Airbus
Venta parcial al Estado francés (500 M€)
Rebote técnico del 99 % tras la intervención
La operación permitió ganar tiempo, pero no resolvió el fondo del problema. Atos seguía muy endeudada, con un modelo operativo desajustado y una reputación seriamente dañada en los mercados europeos.
El plan de recuperación de 2025
Una reestructuración a contrarreloj
A comienzos de 2025, Atos lanzó un ambicioso plan de saneamiento centrado en tres ejes: reducción de deuda, simplificación del capital y retorno a la rentabilidad. El objetivo: reducir la deuda neta a la mitad —unos 2.400 millones de euros— y renegociar los plazos de pago. La operación estuvo supervisada por el Ministerio de Finanzas francés, garantizando cierta estabilidad institucional.
El 24 de abril de 2025 se realizó un contrasplit de 1 por 10.000, reduciendo el número de acciones de 190.200 millones a unos 19 millones. El valor nominal subió de 0,0001 € a 1 €, sin alterar la capitalización total. Sin embargo, el precio aparente “saltó” de 0,0035 € a 35 €, un falso incremento del +945.000 % que confundió a muchos minoristas.
Primeros resultados y señales mixtas
En junio de 2025, la junta general de accionistas aprobó un plan de transformación a cuatro años, centrado en la eficiencia de costes y la venta de unidades no estratégicas. El objetivo financiero clave: lograr un ratio deuda/EBITDA inferior a 3 a finales de 2025. En los meses siguientes, Atos reportó una cartera de pedidos de 13.000 millones de euros y una ratio “book-to-bill” del 117 %, indicadores de cierta mejora operativa.
Deuda reducida a unos 2.400 M€
Plan de transformación aprobado (2025–2029)
Cartera de pedidos de 13.000 M€
Acción +100 % en lo que va de año
Caídas puntuales (-12,4 % en septiembre)
La volatilidad persiste: tras subir un 16 % en octubre, la acción retrocedió un 4 % a comienzos de noviembre por problemas contables en filiales estadounidenses. Aun así, el sentimiento del mercado ha mejorado respecto a 2024, cuando el colapso parecía inevitable.
¿Atos es una oportunidad o una trampa?
Riesgo elevado, potencial notable
A 9 de noviembre de 2025, las acciones de Atos cotizan entre 47 € y 49 €, cerrando a 48 €, con una capitalización de unos 957 millones de euros. Aunque ha recuperado parte del terreno perdido, el balance a largo plazo sigue siendo negativo: –92 % en tres años y –99 % en cinco. En 2025, sin embargo, acumula una ganancia del 4,7 % y del 16 % mensual en octubre.
La empresa aún no genera beneficios y no reparte dividendos desde 2021 (último pago: 0,90 € por acción). Según modelos de flujo de caja descontado (DCF), las acciones podrían estar infravaloradas hasta en un 73 %, con un precio justo estimado entre 170 € y 180 € si el plan de reestructuración prospera.
Los analistas, divididos
El consenso de mercado sigue dividido. Algunos recomiendan vender, citando riesgos contables y la fragilidad estructural del grupo. Otros ven en Atos un valor de recuperación con apoyo estatal y mejora progresiva. El próximo hito será la publicación anticipada de los resultados del primer trimestre de 2025, prevista para el 17 de abril, que marcará la temperatura real de su recuperación.
Cotización actual: 48 € (a 6 de noviembre de 2025)
Capitalización: ~957 M€
Valor razonable (DCF): 170–180 €
Objetivo deuda/EBITDA: <3 antes de fin de 2025
Próximo evento: resultados T1 2025 (17 abril)
Atos no es un valor para inversores conservadores, pero sí puede interesar a quienes buscan oportunidades de recuperación con alto riesgo y posible rentabilidad. Si el plan se cumple y el apoyo estatal se mantiene, la compañía podría reemerger como un actor clave del sector tecnológico europeo.